Los rosarinos que regresaron con el virus se detectarán recién entre esta semana y la primera de febrero. Recomiendan aislarse 10 días al volver
Por La Capital
Crece el número de rosarinos que vuelven contagiados de Covid de sus vacaciones, en especial desde la costa, pero según las autoridades sanitarias el impacto real en las cifras de contagios se verá recién en una semana. Los que se fueron la primera quincena de enero a la costa regresaron la semana pasada a la ciudad, y el escenario de aumento de casos comienza a sentirse con más fuerza: la Secretaría de Turismo provincial afirmó que el 60 por ciento de las personas que son controladas en las terminales de ómnibus de Rosario y Santa Fe presentan algún síntoma.
Según apuntaron desde el municipio, los veraneantes que regresan con cuadros de coronavirus principalmente se atienden en el sector privado. Carolina Subirá, infectóloga de la Asociación de Sanatorios y Clínicas, apuntó que los que volvieron infectados, se detectarán recién entre esta semana y la primera de febrero. “Todavía no vimos el resultado real”, comentó. Es que cuando una persona se contagia, tiene 10 días para iniciar los síntomas, testearse y recién ahí es contabilizado por el sistema de salud. A partir de ese momento, pasan 7 a 10 días más hasta que puede llegar a formar un cuadro grave que requiera internación. Luego puede permanecer hospitalizado entre 7 días y 2 meses hasta que se va a la casa curado o fallece.
Los números registrados por el grupo Oroño indican que la semana que pasó hubo un leve descenso de las consultas en el Centro Médico E, donde se atienden por día unos 230 casos sospechosos de Covid, que habían venido en alza desde finales de diciembre y principios de enero. La curva era similar a lo sucedido en agosto, septiembre y octubre, y luego se desaceleró. También hubo una leve tendencia al descenso de positivad de los hisopados, que bajó a 37 por ciento luego de haber escalado hasta el 42 por ciento. En el laboratorio Civic se vio también una baja en la cantidad total de hisopados netos positivos.
La cantidad de casos a nivel ciudad también cayó luego de subir: hace 15 días hubo un aumento a un promedio de 500 diarios en Rosario, y después bajó a entre 400 y 300, con cifras menores a 100 el último fin de semana, cuando siempre bajan. Pero mientras todos los indicadores de la evolución de casos están bajando o mejorando levemente, la cifra de ocupación de camas generales en el ámbito privado subió en la última semana de 61 a 69 por ciento.
Sin embargo, la cantidad de casos no va en simultáneo con la ocupación de camas, que siempre está desfasada con los grandes eventos de contagio: para ver el impacto real siempre hay que esperar dos ciclos virales, cada uno de 14 días, por lo que el número final es 28 días. Lo que se detecta hoy, recién en 10 o 15 días va a ocupar la cama. Por ejemplo, si hubo personas que se contagiaron durante las fiestas, entre el 24 y el 31 de diciembre, se detectaron en la primera semana, y se internaron entre la segunda y la tercera. Por lo que recién en los primeros días de febrero se verá el resultado en Rosario de las fotos de fiestas con aglomeraciones en la playa de la costa atlántica, protagonizadas por jóvenes sin barbijo ni distancia social.
Cuidados
En este marco, Subirá recomendó a los que volvieron a Rosario luego de un viaje, que aunque no manifiesten síntomas “no se junten con su grupo familiar ni hagan reuniones sociales con amigos” por al menos 10 días. La recomendación es que guarden ese período de aislamiento de forma preventiva para no correr el riesgo de salir a distribuir el virus, o en su defecto autoponerse en fase 1, es decir solo ir a trabajar y volver sin detenerse en ninguna parte. “Vienen de viaje de otra localidad que tiene otra situación epidemiológica. Podrían venir infectados, o asintomáticos, es por precaución”, explicó.
En tanto, para aquellos que se van la primera quincena de febrero, aportó algunas estrategias para mitigar el impacto: extremar medidas, mantener distancia con otros grupos familiares, desinfección de superficies, no compartir bebidas, y evitar fiestas y boliches. En caso de hacer reservaciones, elegir lugares al aire libre que cumplan con los protocolos, no compartir vehículos con otras familiares, ir a los lugares públicos en los horarios en los que los sectores estén menos concurridos, si se llenan mucho retirarse, y elegir en general espacios donde haya menos densidad de personas.
Preocupa el relajamiento
Desde el municipio se mostraron preocupados por el aumento de personas que vuelven a Rosario con el virus desde sitios turísticos, pero también por el relajamiento de los cuidados durante el verano entre los que se quedaron en la ciudad. “El cubrebocas tiene que ser de tela y ajustarse bien a la cara, tapar bien la nariz, el mentón y la boca”, apuntó la subsecretaria de Salud Silvia Marmiroli.
La preocupación radica en que con el calor, las personas usan otras máscaras que no son tan efectivas. “No hay que olvidarse de eso, ni del lavado de manos, del distanciamiento, la ventilación de los ambientes, tener cuidado al salir de la burbuja que habitualmente frecuentamos o si estamos con gente que hace mucho que no vemos”, recordó la médica.
Si bien la funcionaria admitió que el verano y el aire libre “contribuyen y son cosas positivas”, aclaró que “de ninguna manera impiden que nos contagiemos”, por lo que llamó a seguir tomando las medidas de cuidado. “Que llegue o no una segunda ola depende de otras cosas, pero también de lo que hagamos cada uno de nosotros. Si nos seguimos juntando, si no nos cuidamos, tenemos muchas posibilidades de seguir contagiándonos”, finalizó.
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