Avalan la idea de ensanchar las veredas para que sus clientes puedan transitar con tranquilidad y cumplir con el distanciamiento
Fuente: La Capital
Favorecidos por la crisis sanitaria, que los impulsó como proveedores de comercios minoristas que habitualmente se abastecían en Buenos Aires, los comerciantes de calle San Luis avalan la iniciativa de ensanchar veredas para que sus clientes puedan transitar con tranquilidad y, sobre todo, cumplir con la distancia mínima de dos metros para prevenir contagios de coronavirus. Según advierten, reducir el tránsito de automóviles en el paseo comercial no afecta sus ventas, al contrario les suma clientes.
“Actualmente, para ingresar a los negocios la gente tiene que hacer cola en la vereda y como son muy angostas hay poco espacio. Entonces, terminan chocándose con quienes pasan caminando o con los vendedores ambulantes que tienen puestos fijos en esta zona del centro”, describe Miguel Rucco, referente de la asociación de comerciantes de calle San Luis.
La semana pasada el Concejo Municipal aprobó un proyecto para que el municipio estudie la posibilidad de ensanchar temporariamente las aceras del microcentro o de los centros comerciales barriales para que los peatones puedan cumplir con las medidas de distanciamiento social. La iniciativa, del concejal Lisandro Zeno, busca llevar a tres metros por lo menos una de las veredas de los paseos más concurridos.
San Luis es una de esas calles del centro donde las veredas no alcanzan los dos metros. En las 10 cuadras que se extienden entre Maipú y Dorrego conviven, además, locales de venta mayorista y minorista de textiles, indumentaria, blanco o bazar, entre otros, muy concurridos.
El tradicional centro del comercio mayorista más importante de la provincia, es uno de los pocos favorecidos por la pandemia, ya que la ausencia de la competencia de las grandes ferias o paseos comerciales de Buenos Aires, los deja como proveedores exclusivos de muchos pequeños negocios de la región.
En las ciudades se denomina “zona calma” a aquellas arterias donde los automóviles no pueden desplazarse a mucha velocidad (generalmente, a unos 30 kilómetros la hora), quienes caminan por la calle ganan espacio y también se reduce el ruido, la contaminación ambiental y los siniestros viales.
Rucco asegura que los comerciantes de calle San Luis hace tiempo que vienen pensando en planes para favorecer la circulación de peatones y advierte que la crisis sanitaria también puede ser una oportunidad para impulsar esas políticas.
En Pichincha y en el centro
En los últimos años, en la ciudad se desarrollaron experiencias puntuales que permitieron ampliar el espacio público para el uso de los peatones. Una de ellas fue en Pichincha, donde se permitió ensanchar las veredas de bares y comercios. Y, un año después, siguieron las obras de remodelación del casco céntrico, que incluyeron la extensión de las aceras. La esquina de Jujuy y Alvear o de Jujuy y Pueyrredón son algunos de los ejemplos de la iniciativa desarrollada hace cinco años con el objetivo de generar una identidad particular en el barrio de Pichincha. Evaluaciones posteriores mostraron que el ensanche de las esquinas permitió disminuir el volumen y la velocidad del tránsito vehicular.
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