El trabajo abarcó a casi 400 personas del sistema de Salud en contacto con pacientes Covid y logró una eficacia del 80%
Por La Capital
Un spray nasal aprobado hace años por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para combatir los virus del resfrío común brinda protección contra el SARS-CoV-2, el coronavirus causante de la actual pandemia. Es el resultado de un trabajo realizado por investigadores argentinos. De la investigación participaron dos médicos rosarinos: Ariel Dogliotti, del Instituto Cardiovascular de Rosario, y Luis Flynn, del Sanatorio de Niños de Rosario. La eficacia mostrada en una población de casi 400 individuos fue superior al 80%.
El principio activo es la carragenina, sustancia obtenida de ciertas algas rojas, que se usa en fármacos antivirales de aplicación tópica. Su poder antiviral es conocido hace años y existe en el mercado como spray eficaz contra los virus del frío común (rinovirus, principalmente) y en general contra los que actúan en las vías respiratorias superiores. Es por esto que se pensó en probarlo contra el SARS-Cov-2.
Por tratarse de un compuesto con carga eléctrica negativa, se estima que la carragenina interactúa con las cargas positivas de la superficie del virus, previniendo la penetración en las células. “Numerosos estudios han descripto el potencial antiviral de la carragenina contra distintos tipos de virus respiratorios, como el del resfrío común, el de la influenza H1N1 (gripe estacional) y algunos coronavirus. Pero, hasta donde sabemos, todavía nadie probó en seres humanos el efecto de la carragenina sobre el SARS-CoV-2”, explicó hace unos meses Osvaldo Uchitel, investigador del CONICET y director científico del proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. El equipo realizó ensayos clínicos con un spray que contiene carragenina para probar su efectividad contra el SARS-CoV-2. Ahora se conocen los resultados del estudio, y son positivos, aunque aún no se han publicado en un medio científico revisado por pares (peer review).
El estudio comenzó hace alrededor de seis meses. No tuvo patrocinio de la industria farmacéutica-_pero sí participa una fundación de una farmaceútica_, y se realizó en 10 centros médicos de la Argentina con un coordinador en cada uno. Fue un ensayo “aleatorizado, a doble ciego contra placebo”, según la terminología médica de investigación. Fue dirigido por Juan Manuel Figueroa, del Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (Hospital de Clínicas de Buenos Aires); Mónica Lombardo, del Hospital Universitario Cemic; Ariel Dogliotti, del Instituto Cardiovascular de Rosario; Luis Flynn, del Sanatorio de Niños de Rosario; y Osvaldo Uchitel, del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (UBA-Conicet).
El estudio clínico alcanzó a 395 individuos mayores de edad, de ambos sexos, sin antecedentes ni cuadros de Covid-19 entre personal de Salud en contacto con pacientes con Covid-19, a los que se les asignó al azar un tratamiento con cuatro dosis diarias del spray o placebo durante 21 días sin que suspendieran las medidas de protección habituales. El punto final evaluado fue la aparición de Covid-19 (confirmada con hisopado PCR) durante los 21 días de utilización del fármaco o el placebo. Los resultados fueron excelentes: un 80% de reducción del riesgo de adquirir el virus.
“El resultado es estadísticamente significativo” aseguró Figueroa. Se hizo con “personal médico y no médico que trabajaba en hospitales con pacientes Covid, por lo que no es automáticamente extrapolable al resto de la comunidad. Nuestros resultados son alentadores, pero lo ideal es que esto sea validado en una revista internacional y que revisores externos confirmen que todo lo que hicimos es adecuado. Lo estamos preparando y va a demorar varias semanas entre que lo mandemos y lo analicen”. En otras palabras, falta la validación que da la publicación previa resivión “de pares”. Uchitel explicó por su parte que “el nivel de infección es bajo, porque el equipo de salud tiene mucha protección, pero al cabo de algo más de dos meses la diferencia entre el grupo placebo y el tratado es claramente significativa”.
La particularidad de este fármaco es que ya está aprobado por la Anmat desde hace años. Teniendo eso en cuenta, hay provincias que decidieron utilizarlo considerando que el nivel de evidencia era superior al riesgo. Algo similar a lo que ocurre con la Ivermectina, pero a diferencia de esta, la carragenina sería totalmente inocua.
Antes del ensayo clínico, logró anular al coronavirus del Covid en estudios “in vitro”. Figueroa agrega que “la cavidad nasal y la rinofaringe son los sitios de replicación inicial del SARS-CoV-2 y por tanto, un aerosol nasal puede ser una forma de dosificación adecuada para combatir el nuevo virus” en etapa temprana, cuando se aloja en las vías respiratorias superiores y todavía no ha llegado a los pulmones.
El trabajo sobre los resultados in vitro o de cultivo de células se dio a conocer en BioRXiv, un conocido sitio de preimpresiones. La carragenina es un polisacárido derivado de las algas rojas o “musgo irlandés” o musgo carrageen Lo comenzaron a usar en Irlanda, en el pueblo de Carrageen, para hacer flan, ya que es un espesante. A partir de allí se difundió su uso, y está aprobado por la OMS y la FDA, además de la ANMAT. Su uso está extendido en la industria alimentaria. Muchas de las salsas, mayonesas, embutidos, e incluso varias de las leches maternizadas tienen carragenina. Se usa también en cosmética, en cremas, geles, y recién a partir de la década de 1960 se describió que tenía actividad antiviral contra múltiples virus respiratorios.
Según citado el paper científico, el “compuesto Iota-carragenano inhibe el SARS CoV-2 in vitro en concentraciones fácilmente alcanzables mediante formulaciones nasales y de nebulización. Además, y a sabiendas que el xilitol (otro compuesto de la fórmula ensayada) también exhibe actividad antiviral sobre el SARS-CoV-2, una asociación con iota-carragenina puede resultar beneficiosa. Ya existen en el mercado aerosoles nasales con formulaciones similares a algunas de las probadas en este estudio in vitro con un perfil de seguridad adecuado”. Por entonces, ya se estaban “realizando ensayos clínicos para evaluar que los aerosoles nasales basados en las formulaciones probadas sean útiles en la prevención y el tratamiento de COVID 19. Los datos presentados son ciertamente alentadores”. Estos datos se confirmaron ahora con el anuncio del resultado del estudio clínico.
Figueroa, jefe de Neumonología Infantil del Hospital de Clínicas y director del proyecto de Fundación Cassará, explicó: “Nosotros empezamos a estudiar y trabajar con esta sustancia en el año 2015, en el centro de investigaciones respiratorias de la Fundación Cassará; y allí describimos que la carragenina impedía en cultivo de células respiratorias, que éstas fueran infectadas por el virus de la influenza y se inflamaran”.
La hiipótesis es sencilla: el virus SARS-CoV-2 tiene una carga eléctrica, la carragenina tiene otra contraria, entonces este compuesto se pega al virus y lo tapiza. Si el virus está tapizado no puede entrar a las células, ya que necesita pegarse a ellas en determinados receptores de las células, los ACE2.
Ya existían en otros países sprays nasales para uso clínico, y en el caso argentino se lanzó en 2015, al recibir la aprobación de la ANMAT, y se utiliza para las infecciones habituales de las vías aéreas superiores. Y está aprobado incluso en niños a partir de un año de edad; que lo convierte en un medicamento seguro y de uso frecuente.
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