abril 26, 2024

Radio Gran Rosario

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Las calles rosarinas fueron una caja de resonancia del reclamo de las mujeres

Una multitudinaria movilización atravesó ayer el centro de la ciudad para exigir igualdad y más derechos para enfrentar la violencia machista

 

Por La Capital

Las calles rosarinas se transformaron ayer en un escenario de reclamos. Impactante y movilizador. Entre gritos, lágrimas, abrazos, pañuelos violetas y puños cerrados, las mujeres elevaron ruidosas demandas de cambios sociales. Con una multitudinaria concurrencia y una enérgica proclama de implicancias públicas, la manifestación convirtió al Monumento en bandera de resistencia, de advertencias y de exigencia de derechos. De esa manera, las organizaciones de mujeres, diversidad sexual, políticas, sociales y sindicales, exigieron igualdad y el fin de la violencia machista.

Como cada 8 de marzo, en el marco Día Internacional de la Mujer y de un paro de mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, intersex, identidades no binarias, personas con discapacidad, afros, originarias e indígenas, las mujeres se apoderaron de la zona céntrica de la ciudad para exponer fuertes críticas y cuestionamientos a una realidad que todavía duele en lo más profundo de la sociedad, ante tantas urgencias, inequidades y postergaciones.

“Si nosotras paramos, se para el mundo”. Con esa consigna como valiente manual de dirección, la protesta en Rosario partió con una nutrida columna, alrededor de las 18, desde plaza San Martín, y atravesó el microcentro hasta desembocar en el Parque Nacional a la Bandera.

En todo ese recorrido hubo actividades y organizaciones sociales que se fueron sumando, acompañaron y le otorgaron caudal emotivo y testimonial a la marcha, al ritmo de tambores y redoblantes.

En esta ocasión, ante el marco de restricciones que impone esta etapa de cuidados sanitarios en la ciudad y la región, muchas mujeres se incorporaron a la manifestación colgando cintas y pañuelos violetas, y cantando “Justicia” y “Paren de matarnos” desde balcones y ventanas. Otras prefirieron sumarse a través de las redes sociales.

Lo concreto es que, en consonancia con expresiones similares en todo el país, hubo una expresión colectiva contundente contra la violencia machista, que se hizo sentir en la ciudad. Que representó las voces de muchas que ya no están, y que ayer fueron recordadas y homenajeadas por esta lucha cotidiana que no descansa, ni se detiene.

Son sobrevivientes

“Todas las mujeres, todos los derechos”, “Somos las sobrevivientes de un Estado ausente”, “Nuestros derechos no se negocian”, “La violencia deja marcas, no verlas deja femicidios”, “La revolución será feminista, o no será”, “Ni una menos, el Estado es responsable”, “Si mañana no vuelvo, rompan todo”. De esa manera, muchas mujeres transformaron carteles, remeras y sus propios cuerpos en mensajes ineludibles de protesta.

Después de las 19, en un escenario montado de espaldas al río Paraná, en el corazón del Parque Nacional a la Bandera, se leyó una proclama que adquirió forma de enfática arenga inquisitoria. A través de un extenso escrito denunciaron que “el Estado es responsable, por acción u omisión, del abandono de cada víctima de violencia machista”. Además, solicitaron la “declaración del estado de emergencia nacional” ante este tipo de violencias.

Y también exigieron “un abordaje integral con articulación entre el estado nacional, provincial y municipal en situaciones de violencia de género”. Durante la alocución, exclamaron: “Los violentos nos persiguen con gran impunidad. Nos seguimos abrazando, conteniendo, entre nosotras y con nuestras familias. Hacemos del dolor y la bronca, el motor de nuestras luchas por el fin de las violencias”.

En los tramos finales, pidieron justicia por todas las víctimas, y reclamaron: “Basta de naturalizar muertes y todas las violencias cotidianas. No son nombres, no son números, son vidas, nuestras vidas”.

Así, en la jornada de ayer el mundo paró para escuchar a las mujeres. Y hubo tanto ruido