abril 18, 2024

Radio Gran Rosario

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El transporte suma quejas por las malas frecuencias y unidades llenas

El rediseño que se implementó hace 15 días muestra sus falencias, fundamentalmente los fines de semana y en horario nocturno

 

Por La Capital

Pleno mediodía y mucho calor en el centro de la ciudad. El colectivo se aproxima a la parada, la mujer levanta el brazo para indicarle que pare. El vehículo se detiene, la pasajera sube pero ni bien ingresa vuelve sobre sus pasos y desciende rápidamente antes de que el chofer restablezca la marcha. El coche venía demasiado lleno para seguir sumando pasajeros, sobre todo en tiempos de Covid-19. El escaso cumplimiento de las recomendaciones sanitarias es una de las mayores quejas de los usuarios desde que se implementó el nuevo diseño del servicio de transporte urbano, hace ya quince días. La falta de frecuencias, sobre todo durante la noche y los fines de semana, es otro de los temas. Desde el municipio aseguran que se tomó nota del problema y se están reforzando servicios.

Los miembros de la comisión de seguimiento de la emergencia en el transporte están esperando que el municipio vuelva a convocarlos a una reunión para hacer una evaluación de las primeras semanas del funcionamiento del nuevo esquema del servicio. La última vez que se reunieron fue cuando la Intendencia explicó las modificaciones que se empezaron a implementar el 25 de enero pasado, con la unificación de recorridos y la fusión de líneas.

El concejal justicialista Eduardo Toniolli señaló que es tiempo de medir el impacto de las medidas en los usuarios del sistema. En este sentido, apuntó que recibe muchas quejas de vecinales e instituciones barriales por la excesiva cantidad de pasajeros que viajan en los colectivos; también por la falta de frecuencia.

“Los lugares donde no se escuchan quejas de las reformas es porque en general usan las líneas donde se agregaron unidades”, advirtió el referente del Observatorio Social del Transporte.

Las redes sociales son el espacio donde con frecuencia los usuarios exponen sus quejas. “No se está cumpliendo con las frecuencias que, en teoría, iban a mejorar en las líneas que se fusionaban. Las mayorías de las quejas apuntan a que en algunas líneas la gente viaja amontonada, las largas esperas o el incumplimiento de los horarios”, indicó la concejala del PRO, Germana Figueroa Casas, también integrante de la comisión de seguimiento.

La edila cuestionó la falta de cumplimiento de los protocolos sanitarios. “Si en los colectivos en las horas pico la gente viaja amontonada, me preocupa qué va a suceder a partir de marzo cuando empiecen las clases”, se anticipó.

La prueba más difícil

La secretaria de Movilidad del municipio, Eva Jokanovich, explicó que están terminando de procesar los datos referidos a las primeras semanas de la adecuación del sistema de colectivos. “Estamos tomando medidas respecto a los colectivos que viajan llenos”, aseguró la funcionaria y apuntó que cuando se detecta este problema se refuerzan servicios.

Desde el área recordaron además que siguen vigentes los protocolos para la prevención de contagios de Covid-19, como el uso obligatorio de cubreboca en todo momento y las medidas de higiene y distanciamiento. Y sobre todo la recomendación de respetar la distancia con otros pasajeros dejando asientos libres, en la medida de lo posible.

La pandemia de coronavirus puso en jaque a un sistema de transporte público que ya mostraba inconvenientes antes de la crisis sanitaria. El 25 de enero pasado, el municipio puso en marcha un nuevo esquema de funcionamiento para los colectivos que incluyó la unificación de recorridos y la fusión de líneas con el objetivo, se explicó, de promover una optimización de frecuencias.

En total, una veintena de líneas de colectivos fusionaron sus recorridos y otras once líneas fueron suspendidas. Las modificaciones apuntaban a bajar los tiempos de espera en las paradas un 35 por ciento: llevarlas de 18 minutos promedio a un intervalo entre colectivos de 12 minutos entre sí.

Largas e inseguras esperas

La falta de frecuencias de colectivos se hace sentir mucho más durante la noche, donde las esperas entre unidades pueden estirarse hasta lo insoportable. Según reconocen choferes del servicio, en horario nocturno circula sólo un coche por línea, por lo cual los colectivos vuelven a pasar por las mismas paradas recién una vez que completan toda la ronda, es decir entre una hora y una hora y media más tarde.

“De noche hay muchos menos coches”, acuerdan en señalar los trabajadores del servicio y cuentan más de una anécdota en que los pasajeros se suben a sus unidades sólo porque están cansados de esperar en la esquina.

Los pasajeros, dice un chofer, “están como a la deriva, nos preguntan para dónde vamos y se suben; así los dejemos lejos de dónde tenían que ir suben al colectivo para no quedarse esperando en la parada”.

Y explica que esta situación se da fundamentalmente “en el horario en el que cierran los bares y la gente empieza a volver a su casa”, y aclara que no sólo se refiere a los clientes sino a las personas que trabajan en gastronomía, y “si pierden el colectivo de la una, tienen que esperar hasta las 2 el próximo”.